Paul McCartney es detenido en Japón

16 de enero de 1980 – Al llegar al Narita International Airport de Tokio, Paul McCarteny es arrestado por posesión de marihuana y encarcelado varios días. A lo lardo de diez días todo el mundo vive pendiente de los detalles del caso.

Paul McCartney: Cuando el tipo lo sacó de la maleta, parecía más avergonzado que yo. Creo que solo quería volver a ponerlo y olvidarlo todo, ya sabes, pero ahí estaba. No intenté ocultarlo. Acababa de llegar de Estados Unidos y todavía tenía la actitud estadounidense de que la marihuana no es tan mala. No me di cuenta de cuán estricta es la ley japonesa. Hice una confesión la noche en que me arrestaron y me disculpé por violar la ley japonesa, pero aún así querían saberlo todo. Tuve que repasar toda la historia de mi vida: la escuela, el nombre de mi padre, mis ingresos, incluso mi medalla de la Reina.

Paul y su grupo Wings llegaron a Tokio para iniciar una gira de 11 fechas programadas del 21 de enero al 2 de febrero.

En el aeropuerto internacional Narita, los agentes de la aduana descubrieron 219 gramos de marihuana escondidos en la maleta de Paul con un valor de 600.000 yenes. Linda, sus hijos y los Wings se hospedaron en el hotel Okura mientras Paul pasó la noche en la cárcel.

McCartney (el preso numero 22) fue esposado e interrogado durante una hora por los oficiales de control de narcóticos. Hacia el final de la tarde anunciaron que un nuevo interrogatorio tendría lugar al día siguiente.

Inmediatamente fue visitado por el vicecónsul británico, quien le dijo al ex Beatle que podría recibir una sentencia de hasta ocho años.

Paul McCartney: Mi primera noche fue la peor. No pude dormir. Tenía miedo ante la posibilidad de no ver a mi familia durante años.

La detención de Paul puso en peligro la gira y la música de Wings fue prohibida inmediatamente en todas las estaciones de televisión y radio en todo Japón.

Los promotores japoneses anunciaron que la decisión sobre los 11 conciertos se haría al día siguiente y declararon que se vendieron 100.000 entradas, lo que representaba una posible pérdida de más de 100 millones de yenes.

McCartney permaneció arrestado durante 10 días hasta el 25 de enero de 1980. Quedó en libertad sin cargos y deportado a Inglaterra.